
Pocos días antes del anuncio de la contratación del entrenador sevillano para el primer equipo, el presidente del club, Agapito Iglésias, anunció a nuevos consejeros delegados en el organigrama del club, comandados por el empresario Salvador Arenere. Prometían fichajes, transparencia en su gestión y todo hacía pensar que estaban designados para preparar la venta del club. Agapito les otorgaba plenos poderes y Agapito Iglésias es un hombre de palabra. Sí, de cojón. De palabra falsa. Los nuevos consejeros delegados, diez días después, dimitien en sus funciones alegando que el Sr. Iglésias no les ha otorgado dichos poderes ni se los otorgará. Sí señor. ¡Agapito váyase!
A la postre, Manolo Jiménez ha salido diciendo que no le van a traer fichajes... ¿pero esto qué es? Una casa de locos. Desde que el soriano Agapito Iglésias entró en el Real Zaragoza, la lió parda. Malas planificaciones, pésimos fichajes y desastrosa gestión económica. ¿Y por qué sigue ahí?
Quiere al Zaragoza en Segunda. Le sale a cuenta al Sr. Iglésias. Si el equipo desciende la deuda que arrastra el club se congela tres años. ¿Pero eso es lo que quieren los aficionados? ¿Eso es lo que quiere la ciudad?
Existe una plataforma llamada "Salvemos al Zaragoza" contra el constructor soriano. Aquí os dejo su vídeo sin terminar diciendo que o se va pronto o pronto se irá el Real Zaragoza para siempre.
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